Este viernes partió
una expedición formada por José Luis Martín, entrenador, los padres de Pablo y
Alberto y Víctor Rueda, hacia tierras portuguesas, sin demasiados nervios,
gracias a la experiencia de Alberto Díaz y Pablo Giner, pero con la presión de
una de las competiciones más duras y más importantes a las que se enfrentan
ambos judocas de -60 kg, ambos máximos representantes del peso a nivel
nacional.
Tras casi
siete horas moviditas de viaje, por una carretera con bastantes curvas,
llegamos con la hora justa para acreditarnos, y de paso hacer un tanteo del
peso en una de las básculas oficiales de la competición, comprobando que los
dos iban con un margen de aproximadamente medio kilo. Tras esto, nos dirigimos
al hotel, donde nos acomodamos, y pasamos una noche buena, charlando y
pasándolo bien, antes de la prueba a la que deberían someterse al día
siguiente.
Sábado día 14,
la competición comenzó a las 10 con una muy buena organización, y con el
corazón de toda la expedición dividido entre Coímbra y Madrid, donde ese mismo
día se celebraba el nacional junior.
Alberto Díaz:
Abre la competición como no puede ser de otra manera venciendo en primera ronda
a un judoca suizo, no por máxima puntuación, pero si de manera que entra en
calor para seguir con la competición. Segunda ronda contra un portugués a quien
vence por máxima puntuación, demostrando la calidad que lleva dentro. Sin
embargo, en siguiente ronda, por un despiste al final del combate que había
llevado Alberto, pierde ante el judoca bielorruso Vladislav, por tanto Alberto
pasa a la repesca, venciendo a dos judocas, uno de ellos un inglés al que ya se
había enfrentado en Fuengirola, y llega al bronce, donde consigue subirse al
podio. Señalar un bonito movimiento en la final que le valió un waza-ari.
Pablo Giner: Suerte dispar para el otro judoca del club, que no contó con un poco de suerte de su lado, pues el judo y el trabajo ya lo llevaba él. Comienza la competición con un portugués, y sigue con un británico, venciendo a ambos por la máxima puntuación. Sin embargo, en cuartos cae ante el suizo Luca Papa, tras un pequeño fallo, que a la postre sería proclamado campeón de la competición. De modo que Pablo entra en repesca, donde pierde el combate ante un danés, quedando fuera de la competición. Nuestro judoka se va con un mal sabor de boca, sabiendo que, a pesar de su buena actuación, tiene calidad para subir a lo más alto.
Una vez terminada la competición,
volvemos a España, en un viaje bastante tranquilo, y sabiendo de los grandes
resultados de nuestros compañeros en Madrid, y orgullosos de ellos.
Como
única nota negativa de la competición, señalar la falta de aviso para cenar a
José Luis por culpa de la coacción de Pablo y quejas por la comida, que si albóndigas,
porque si se los lleva comida de verdad, porque se lleva, sino se lleva porque
no se lleva… En serio, gran viaje, del que vengo contento y orgulloso, como
siempre.
Crónica: Víctor Rueda